
Aunque ya hemos hablado en otra ocasión de algunos consejos básicos sobre cómo validar una fuente OSINT, evidentemente, el lugar de origen de cada dato o información en la red tendrá sus propias particularidades. Esto significa que los criterios para saber si un tuit es falso, no son los mismos para detectar un mensaje de Facebook engañoso, o un video que busca influir en Youtube; aunque de fondo la manipulación siga una pauta bastante inspirada en los procesos de “Deception”.
Existe un estudio de 2010 de Marcelo Mendoza, Barbara Poblete, y Carlos Castillo que lleva por nombre “Twitter Under Crisis: Canwe trust what we RT?” Y que ha estudiado la respuesta de la ciudadanía en Twitter tras el terremoto de Chile de ese mismo año.
Para lo que nos ocupa en este post, es interesante resaltar tres de sus conclusiones:
1.
Los tuit que nadie desmiente tienen una probabilidad más alta de
contener información verídica.
2.
Cuando la comunidad tuitera pregunta demasiado sobre la realidad o no de
un rumor, la probabilidad de que sea un rumor falso es más alta.
3.
Cuando la comunidad tuitera se lanza a confirmar un rumor, la
probabilidad de que sea real también aumenta.
Vale, el lector me dirá ahora que no “descubro nada nuevo”. Cierto. Al fin y al cabo el día a día en nuestro oficio es confirmar con otras fuentes la realidad o no de una información para hacer nuestro análisis. Ahora bien, tengamos en cuenta el entorno en el que recibimos o leemos ese tuit. Un entorno generalmente demasiado rápido, inquietante y la mayor parte de las veces estresante. Se dispara un tuit interesante y en pocos minutos estamos consultando su hashtag para ver qué está pasando. Como muy bien refleja Matt Ritchel en su artículo “Your Brain on Computers: Attached to Technology and Payinga Price” la dopamina que libera el cerebro empujada por la excitación del #socialmedia nos impulsa a reaccionar rápidamente de modo compulsivo. Comenzamos a monitorizar el hashtag, empezamos a leer todo tipo de tuits y sin ser conscientes nos vamos impregnando de algún sesgo sobre lo que vamos leyendo a toda velocidad. Entre todos esos piares de la bandada de pájaros encontramos: