Coincidiendo con la próxima clase que
daremos Jose María Blanco y yo en el Curso de Experto en Análisis de Inteligencia de la UAM he querido
reflexionar un poco en este post sobre cuáles podrían ser algunos de los
indicadores a tener en cuenta para determinar si un tuit es falso o no.
Aunque ya hemos hablado en otra ocasión de
algunos consejos básicos sobre cómo validar una fuente OSINT,
evidentemente, el lugar de origen de cada dato o información en la red tendrá
sus propias particularidades. Esto significa que los criterios para saber si un
tuit es falso, no son los mismos para detectar un mensaje de Facebook engañoso,
o un video que busca influir en Youtube; aunque de fondo la manipulación siga
una pauta bastante inspirada en los procesos de “Deception”.
Existe un estudio de 2010 de Marcelo
Mendoza, Barbara Poblete, y Carlos Castillo que lleva por nombre “Twitter Under Crisis: Canwe trust what we RT?” Y que ha estudiado la respuesta de la ciudadanía en
Twitter tras el terremoto de Chile de ese mismo año.
Para lo que nos
ocupa en este post, es interesante resaltar tres de sus conclusiones:
1.
Los tuit que nadie desmiente tienen una probabilidad más alta de
contener información verídica.
2.
Cuando la comunidad tuitera pregunta demasiado sobre la realidad o no de
un rumor, la probabilidad de que sea un rumor falso es más alta.
3.
Cuando la comunidad tuitera se lanza a confirmar un rumor, la
probabilidad de que sea real también aumenta.
Aunque el estudio
se ha realizado en un entorno de crisis, va dejando entrever una constante
clara para el analista. Un tuit por sí sólo no nos va a dar información sobre
su falsedad o no. Siempre habrá un porcentaje de duda. Así que no busques el
tuit perfecto, porque no lo encontrarás.
Vale, el lector me
dirá ahora que no “descubro nada nuevo”. Cierto. Al fin y al cabo el día a día
en nuestro oficio es confirmar con otras fuentes la realidad o no de una
información para hacer nuestro análisis. Ahora bien, tengamos en cuenta el
entorno en el que recibimos o leemos ese tuit. Un entorno generalmente
demasiado rápido, inquietante y la mayor parte de las veces estresante. Se
dispara un tuit interesante y en pocos minutos estamos consultando su hashtag
para ver qué está pasando. Como muy bien refleja Matt Ritchel en su artículo “Your Brain on Computers: Attached to Technology and Payinga Price” la dopamina que libera el cerebro empujada por la excitación del
#socialmedia nos impulsa a reaccionar rápidamente de modo compulsivo. Comenzamos
a monitorizar el hashtag, empezamos a leer todo tipo de tuits y sin ser
conscientes nos vamos impregnando de algún sesgo sobre lo que vamos leyendo a
toda velocidad. Entre todos esos piares de la bandada de pájaros encontramos:
1. Información verídica emitida por los “testigos directos” o por fuentes fiables.
2. Bombardeo de tuits de medios informativos que emiten con su propio
sesgo ideológico.
3. Opiniones personales.
4. Publicidad spam que aprovecha el momento para dar a conocer sus
productos.
5. Graciosos dispuestos a desconcertar a la gente con rumores falsos y
conseguir un trend topic con algo absurdo relativo al asunto y llevarse la
medalla.
6. Gente preguntando qué pasa y pidiendo confirmación.
7. Y los que simplemente hacen ruido con tuits sin ningún tipo de
contenido más allá de un “hahahaha”, 50 mil exclamaciones al aire o cualquier
otro tipo de explosión emocional.
Así pues, la marea de pájaros moviéndose rápidamente en una
dirección puede jugarnos una mala pasada si nos dejamos arrastrar por ella.
Mi primer gran consejo es “ante un tuit interesante para
nosotros, tres respiraciones profundas”. Activar el sistema parasimpático para
relajarnos y focalizarnos en algunos indicadores que nos pueden ayudar a
analizar la probabilidad de que lo que estamos leyendo sea o no sea real
(recomiendo hacer yoga y meditación para entrenar la mente ante estas
situaciones).
Bien, mis palabras mágicas de hoy proponen hacer como los que estudian a los pájaros, ya que
hablamos de Twitter. Cojamos los prismáticos y estudiemos con claridad al espécimen.
1. Identificar el perfil de influencia. Es decir, ¿quién dirige la bandada
de pájaros? Para ello podemos utilizar distintas herramientas de monitorización
de hashtrack. En este sentido es vital localizar quién ha emitido el primer
mensaje. Comprobar si tiene blog personal, con quién está relacionado, etc.
2. Una vez que tenemos localizado al pájaro. ¿Qué tipo de pájaro es? Como
siempre, las preguntas son la herramienta aliada del analista:
a. ¿Cuántos seguidores tiene?
b. ¿A cuántas personas sigue?
c. ¿Cuántos Tuits ha hecho? Hay cuentas que tienen miles de seguidores y
no han hecho ni un solo tuit o sólo el que estamos investigando.
d. ¿Qué contenido hay en los demás tuits?
e. ¿Cada cuanto publica información?
f.
¿Hace menciones? ¿Mantiene conversaciones
públicas?
g. Etc.
Responder con claridad a estas cuestiones nos ayudará a
identificar el pájaro e incluso hacer prospectiva detectando las motivaciones
ocultas que pudiera tener.
Estudiemos ahora el comportamiento de su vuelo:
1. ¿Incluye alguna URL a un medio fiable que confirme lo que dice? Si no
hay una dirección hay más posibilidades de que sea falso o simplemente una
opinión.
2. Si hay url, ¿qué utiliza para difundirla? Las url cortas pueden darnos
una pista de si usa herramientas complejas (es decir, sabe manejar el
#socialmedia) o es un espontáneo que nada sabe de la red.
3. ¿Ha subido alguna foto/vídeo para mostrar lo que está sucediendo
mientras lo narra? Si no hay url, pero hay material gráfico, habrá que
analizarlo para ver hasta qué punto es fiable.
4. ¿Quién está confirmando lo que comenta? No vaya a ser como en las
campañas de políticos que lanzan a una masa considerable de seguidores a
amplificar cualquier cuestión para manipular la opinión pública.
5. ¿Encaja demasiado bien en la estructura típica de un hoax de
socialmedia? Este post puede ayudarnos: Social Media Rumors and Hoaxes ¿Cuántas veces han matado ya a Castro?
6. Mucho cuidado con los personajes anónimos que pasan a hacerse
mundialmente conocido a través de campañas virales. No juegan limpio, como pasó
con el supuesto empleado de la bolsa de Reino Unido que contaba lo que había
sucedido con la crisis. O el ejemplo del niño en Uganda, Kony. Puedes disfrutar
de algunas falsedades de la red este año en 8 Social Media Hoaxes You Fell for This Year.
7. Cuidado también con aquellos mensajes directos que recibimos a nuestra
bandeja de entrada de Twitter que son de seguidores que nos hablan en un idioma
y de repente, nos hablan en otro. Suele ser un virus.
8. Por último y no menos importante conviene preguntarse si podría ser un
robot. Muchos mensajes privados, especialmente cuando empiezas a seguir a
alguien los emite un robot configurado a propósito. Pero también se lanzan bulos a la red con este tipo de
herramientas por diversos motivos.
Y esto es como todo, cuanto más practiques más fácil será
que desarrolles tu propia intuición para detectar si te están mintiendo,
manipulando o estafando.
Por
favor, si vas a utilizar esta información cita este blog y a su autora. Muchas
gracias. ¡Potenciemos la Inteligencia Colectiva sin dañar a los autores!